01/03/10
Día del Trabajador Ferroviario
El 1 de marzo el sector ferroviario celebra su "día del trabajador" en conmemoración de la nacionalización de los ferrocarriles extranjeros que llevó adelante en el año 1948 el gobierno nacional que presidió Juan Domingo Perón.
Más allá de la disputa planteada con aquellos que sostienen que el día específico para reinvidicar y recordar a los ferrocarriles debe ser el 30 de agosto en homenaje al primer tren que corrió en 1857 remolcado por la mítica "Porteña", esta nueva celebración del día del trabajador ferroviario permite poner sobre el tapete varias cuestiones que afectan la realidad del sector.
En primer lugar, se observa un fuerte contrasentido por parte de los gremialistas del sector que celebran la decisión del General Perón de haber "estatizado" los ferrocarriles, pero en la actualidad comparten la política del gobierno kirchnerista de mantener sin cambios las "privatizaciones" de los trenes que se concretaron en los años 90.
En segundo lugar, resulta llamativo que la actuación que vienen desarrollando algunos dirigentes sindicales como funcionarios del gobierno no se haya traducido en hechos y mejoras concretas para el modo de transporte ferroviario tanto en los servicios de cargas, como en los de pasajeros.
La connivencia que tanto se denunciaba en la época menemista entre las autoridades que deben controlar el cumplimiento de los contratos y los empresarios que se quedaron con el manejo de los trenes parecería que sigue a la orden del día ante un silencio sospechoso de los representantes sindicales.
Esa actitud cuestionable se complementa con otro accionar paralelo que están implementado los funcionarios y los gremios en detrimento de las empresas ferroviarias provinciales que han mantenido con un gran esfuerzo económico y humano los servicios en el interior del país.
Curiosamente los cuantiosos aportes económicos que en subsidios y obras la Nación destina a los concesionarios privados del área metropolitana y a los operadores de cargas no tiene como contrapartida una asistencia similar para las compañías provinciales.
En el caso específico de Ferrobaires--la compañía ferroviaria bonaerense--esa falta de colaboración y ayuda es por demás palpable y ostensible en el proceder de los funcionarios nacionales.
Si bien la posición de la secretaría de Transporte deja mucho que desear en este aspecto, la realidad indica que los principales embates contra los trenes bonaerenses provienen de la Subsecretaría de Transporte Ferroviario que dirige el dirigente de La Fraternidad, Antonio Luna.
Sus intromisiones y las de sus allegados en Ferrobaires sólo han servido para complicar la operación de la empresa y demorar las soluciones que ser requieren para mejorar los servicios.
Pese a que ha acumulado errores y desaciertos, los 17 años de existencia de Ferrobaires merecen por parte de las autoridades nacionales un mayor respeto y consideración.
A la luz de la realidad, Ferrobaires es la única empresa que como operadora estatal ha mantenido en alto los valores y los objetivos de la política que implementara el General Perón y que todos los 1 de marzo es motivo de celebración y orgullo para la familia ferroviaria.